Al comenzar este último curso de la carrera después de 5 años donde solo se nos ha dicho de pasada en algunas clases como debe ser la relación médico-paciente, se nos plantea una reflexión de la relación medico-paciente con la película de: El Doctor (1991).
Esta es un buen punto de partida para iniciar dicha reflexión. Refleja estupendamente como el paso de los años, los miedos, y las dificultades diarias labor médica hacen que muchos profesionales tomen esa relación con un enfoque defensivo con respecto al paciente, donde la empatía brilla por su ausencia, como se ve al principio de la película, en su relación y actitud con respecto al paciente suicida, donde no se le da a las cosas la seriedad y la importancia debida, o en la consulta de revisión que hace a la señora con la cicatriz esternal donde ella le manifiesta sus preocupaciones y él las ningunea, les resta importancia.
El Doctor Jack Mac Kee habla de que no hay que encariñarse con el paciente, y lo argumenta diciendo que la cirugía no es natural su frase es: “entras lo arreglas y te largas”
Todo empieza a cambiar para el Doctor Mac Kee cuando él es el paciente y recibe una noticia devastadora, el diagnóstico de un Cáncer de laringe, al principio el lo quiere digerir solo y mantiene a todo su entorno alejado de él, como hasta entonces, incluso a su esposa no queriendo dejar que se acerque y aparentando no sufrir con lo que le ha sucedido. Cuando recibe el diagnóstico y el tratamiento esto se hace como él propugnada, lo que constituye el inicio de un cambio de parecer que no será fácil ni rápido. Comienza a sentir y siente la falta de empatía, la incertidumbre de la espera de resultados, los sinsabores de un tratamiento inefectivo, la falta de información y de respuesta a sus preguntas. Entonces se da cuenta y ve a cosas que antes no veía, ve sus malos modos y su falta de respeto a los demás, como ha alejado a su entorno y se ve perdido.
Así ante esta situación decide dar un vuelco a su vida, y a su ejercicio como médico. No tolera que sus alumnos llamen a sus enfermos terminales y no los llamen por su nombre. Empieza a escuchar a los pacientes y a ser empático y asertivo y ve como todo el mundo de su alrededor solo necesitaba que el quitara el ese brazo que impedía los demás acceder. Ve como se va sintiendo feliz al hacer las cosas considerando a los demás, viendo a los demás como personas con sus preguntas, dificultades y sufrimientos, poniéndose en el lugar del otro.
Toda la película nos propone una interesante reflexión sobre la relación médico paciente y su importancia. Con una uso adecuado de esta relación se logra una correcta terapéutica y más y mejores resultados ya que con esto conseguimos un buen estado de ánimo, y esto tiene efectos positivos en las eficacia del tratamiento influyendo en el grado de confianza del paciente en el tratamiento y en su nivel de cumplimiento que será mayor por esta misma confianza.
En definitiva como todo en la vida con una práctica en valores, respetando al otro, con humildad, poniéndose en el lugar del otro, intentando comprenderlo, siendo asertivo, dejándolo expresarse, se obtiene un ejercicio clínico más sano, eficaz y satisfactorio tanto para el paciente como para el médico.
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