Cambia mucho la situación cuando eres tú la enferma a cuando no lo eres

Lo que más me ha gustado de la película es la capacidad crítica, de incluir gran cantidad de elementos y de situaciones médicas en tan solo 90 minutos y con bastante realismo. Se asemeja mucho a lo que nos podemos encontrar cuando nosotros mismos acudimos a un hospital. Al terminar de verla se me quedó una sensación que ya había experimentado alguna vez tras una estancia en el hospital como paciente. Es cierto que cambia mucho la situación cuando eres tú la enferma a cuando no lo eres y no debería ser tanta la diferencia. Creo que este aspecto lo plasma a la perfección.

Con respecto a la entrevista clínica, salen claros ejemplos de cómo no deben ser y pocos de cómo sí deben ser. Me llamó mucho la atención que casi ningún médico mira al paciente al entrar en su consulta, como prácticamente ni los escuchan, en definitiva la empatía brilla por su ausencia, por tanto la relación médico paciente pierde uno de los aspectos fundamentales, la confianza. Incluso aparecen conversaciones con cierto tono de crueldad, debidas en mi opinión a una despreocupación absoluta por los factores psicológicos y sociales de sus pacientes restando importancia a las secuelas o inseguridades de ciertos enfermos.

En controversia con lo antes dicho se hace evidente el papel del médico en la sociedad y la importancia que se le da a los comentarios y recomendaciones que él hace, repercutiendo directamente en las actividades de la vida diaria de los enfermos. Se toma al médico como confidente. Por otro lado se ve la importancia del apoyo familiar en el trascurso de la enfermedad que en este caso se ve reflejada en la compañera de tratamiento y en la mujer de muy distinta forma pero al fin y al cabo ambas importantes para él. Aparece la repercusión negativa de la enfermedad sobre el enfermo pero también sobre la familia y como puede hacerle cambiar por completo sus vidas.

Los ambientes son extremadamente fríos, al igual que todo el personal sanitario. Recuerdo la imagen del doctor entrando a la sala de radioterapia a través de un larguísimo túnel blanco que recuerda al corredor de la muerte. Refleja muy bien la pérdida de la intimidad, la poca confortabilidad de los espacios, la desorganización, la agresividad de las pruebas diagnósticas y terapéuticas, en definitiva la deshumanización y tecnificación de la medicina en general. Aparece un ejemplo claro de esto como es la administración de un laxante al protagonista por equivocación. Se le da un trato irónico pero es que realmente esto ocurre en la práctica diaria.

También quiero mencionar la aparición de factores, la falta de recursos ante la demanda sanitaria, la alta presión profesional llegando hasta el punto de descuidar la vida familiar y personal. Se hace evidente la competitividad profesional dentro de los equipos de salud, la falta de compañerismo, la prepotencia de algunos médicos e incluso la falta de respeto hacia los demás, menospreciando su trabajo, como en el caso del Rabino. Aparece la actitud constante de “cubrirse las espaldas” por los posibles problemas legales que puedan tener y como buscan el respaldo con un falso compañerismo.

Está encuadrada en el sistema de salud americano y da una visión de la sanidad privada, de cómo están sometidos a lo incluido en los seguros sanitarios, apareciendo una desigualdad social hasta en materia de salud. SAA

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