Aunque en el aspecto humano no había sido tan afortunado. Detrás de sus continuas bromas, encierra un gran déficit de valores morales, cobardía, insatisfacción, creencia de superioridad y falta de agradecimiento a la vida.
Percibe la cirugía simplemente como una técnica: “entras, lo arreglas y te marchas” eso si algo físico está roto; olvida completamente el concepto biopsicosocial de la Salud y la Enfermedad.
· Con los pacientes: Mantiene un trato deshumanizado. No posee empatía con ellos porque no comprende el dolor, la soledad, la inferioridad que trae consigo
Es destacable la escena donde la señora recién operada le pregunta si le quedarán puntos de grapa en el pecho, y él contesta: “a su marido le gustará estar casado con una chica del Play Boy, las grapas del pecho lo demuestran.” Considero esto un comentario de mal gusto, con tintes machistas y fuera de lugar; dicho a una persona enferma, susceptible, y en situación de inferioridad, a la cual no sólo le deja con la duda sino también con un sentimiento de ridículo.
La mentira piadosa es algo que le caracteriza al decir a la enferma del tumor cerebral, que conoce a una persona que con su mismo estadio consiguió superarlo. La paciente más tarde se da cuenta del engaño y le reprocha: “me muero, por favor no me hagas perder el tiempo”. A los pacientes hay que decirles la verdad, aunque sea penosa, ellos tienen el derecho a conocer su pronóstico, también el derecho a negarse a recibir dicha información. Pero si un enfermo está interesado, debemos informarle de cuanto tiempo les queda de vida para que elijan a qué lo van a dedicar, que dejen las cosas “ordenadas”, y se despidan de la mejor manera.
Cambian las tornas: de médico a paciente.
Dice el refrán: “no hay mal que por bien no venga”, incluso la enfermedad, añadiría yo. El Dr. Mackee después de un tiempo con tos, carraspeo y consejos insistentes para que consulte con el otorrino, decide acudir a éste. El especialista le informa que padece un Carcinoma de laringe, y que debe someterse a sesiones de Radioterapia. A partir de entonces su vida da un giro de ciento ochenta grados. Es cuando:
v Se enfrenta cara a cara con la enfermedad y la muerte, cosa que le provoca muchísimo miedo y desesperación. Demostrativo cuando su compañero le pide acompañarlo a hacerse la biopsia y él contesta “no quiero que entres conmigo, quiero que entres por mí”. Experimenta la soledad en el momento que imagina próxima su muerte.
v Se convierte en un usuario más del hospital. Padece como cualquier otro la burocracia del hospital, rellenar papeles, esperar en salas de espera largo tiempo, acomodarse a los inconvenientes que van surgiendo…Situación que más de una vez lo “saca de sus casillas” y responde con comportamiento poco respetuosos hacia el personal administrativo, demostrando su falta de educación y de modales. Incluso llega a preguntarse “¿Qué hago yo aquí como uno más del rebaño?
v Conoce a una magnífica persona .Su amiga June (Elizabeth Perkins) padece un Tumor cerebral en estadio T4 y a pesar de ello es una mujer valiente, luchadora, realista y que ha descubierto el verdadero sentido a su vida. Consciente del tiempo que le queda lo quiere aprovechar al máximo. Es una gran maestra para Jack, le hace reflexionar sobre el respeto hacia el resto de personas, los valores humanos y el valor para afrentarse a la enfermedad. “Querido Jack, sólo tienes que retirar el brazo y todos se acercarán a ti.”
Consecuencia de su enfermedad: un cambio radical.
· Cambia su relación con los pacientes. Muestra un aspecto más compasivo ante los enfermos, más atento, más humilde y generoso, con actitud de escucha activa y disposición para ayudarlos. Los enfermos perciben esa transformación y muestran su confianza, su cariño y agradecimiento al facultativo.
· Prevalece la ética frente al corporativismo. Ante la petición de su compañero a que testifique a su favor por cometer negligencia médica, el Dr. Mackee se niega a hacerlo, y reconoce que cometió un error que debe pagar.
“Ahora vais a aprender a que los pacientes tienen nombre y sus enfermedades les causan angustia, miedo y vulnerabilidad, y que lo que más desean es recuperar su salud”.
Rocío Valverde Ortiz
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