“Y conmigo”

“Acordaré el tratamiento con la doctora"
“Y conmigo”
Así se podría resumir el sentimiento del prestigioso doctor MacKee al convertirse en paciente de su propio hospital. Se da cuenta de lo poco que se tiene en cuenta la opinión del paciente, así como de las frecuentes mentiras en cuanto al diagnóstico de su enfermedad.

Esta película nos hace reflexionar sobre la responsabilidad que tienen los médicos en la recuperación de sus pacientes, la influencia del estado emocional en el proceso de curación, el maltrato que en ocasiones reciben los usuarios de los hospitales, así como del impacto que tiene en cada persona ser ingresado en un hospital, provocando una sensación de desamparo y confusión.

Es muy significativa la escena en que el doctor Mackee es conducido por el hospital en una camilla, la sensación que trasmite de mareo y confusión que provoca en el espectador. Una película excelente, para todos los públicos y en especial los médicos. El personal sanitario no debería esperar a esta situación para entender cómo se sienten los pacientes, es puro sentido común. El gran problema es que la humildad, la empatía, el cariño y el respeto, por más sentido común que sea, hay que sentirlos y entrenarlos.

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